Alejandro Gómez
5/5
ENGLISH BELOW
Mi visita a la casa rural en pleno agosto comenzó con una nota de agobio. La emblemática belleza de los Lagos de Covadonga y su santuario estaban rodeados de coches sin espacio alguno para aparcar. Tras cuatro horas de conducción y treinta minutos de búsqueda frenética de un lugar libre, el panorama no parecía alentador. Además, un inesperado festival de música electrónica en el pintoresco pueblo de Arriondas, a orillas del río Sella, parecía amenazar nuestras expectativas. La idea de cancelar la reserva empezó a rondar nuestras mentes. No obstante, decidimos continuar con nuestra aventura.
Al llegar al Hotel Posada del valle, nuestro ánimo empezó a cambiar. Ubicado en un entorno realmente fantástico, fuimos recibidos por los propietarios de esta posada tan especial. Tras un relajante baño y un paseo por los espectaculares prados verdes que caracterizan a la hermosa Asturias, disfrutamos de una copa de vino con vistas al atardecer en un encantador comedor ambientado. La posada irradiaba esa sensación acogedora y reconfortante que los ingleses describen como "cozyness".
Descansamos profundamente y al despertar, nos esperaba un desayuno de calidad excepcional, representativo de los productos típicos de la región. Luego de una conversación amena con nuestro anfitrión, nos dirigimos a Ribadesella. Si tuviera que resumir esta experiencia en una sola palabra, sería "personal". En medio del ajetreo y la masificación turística que afectan a muchos lugares en España, fue un verdadero soplo de aire fresco encontrarnos con una experiencia que destacó por su trato cálido, cordialidad y profesionalismo. Los dueños de la posada demostraron un auténtico compromiso con su labor, lo cual se tradujo en un entorno inmejorable para el descanso y la conexión con la naturaleza.
En última instancia, esta escapada demostró que la autenticidad y la atención personalizada son verdaderamente invaluables. Si estás considerando visitar esta casa rural en Asturias, no dudes en hacerlo. Te garantizo que no te arrepentirás. ¡Buena suerte y feliz viaje!
ENG.
My visit to the rural house in the heart of August began with a sense of overwhelm. The iconic beauty of the Covadonga Lakes and their sanctuary was surrounded by cars, leaving no space to park. After four hours of driving and thirty minutes of frantic searching for a free spot, the outlook seemed discouraging. To add to this, an unexpected electronic music festival in the picturesque village of Arriondas, along the banks of the Sella River, appeared to threaten our expectations. The idea of canceling our reservation started to cross our minds. Nevertheless, we decided to press on with our adventure.
Upon arriving at the Posada del Valle Hotel, our spirits began to lift. Situated in a truly fantastic setting, we were welcomed by the owners of this special inn. After a relaxing shower and a stroll through the spectacular green meadows that characterize beautiful Asturias, we enjoyed a glass of wine with a view of the sunset in a charmingly decorated dining room. The inn exuded the kind of cozy and comforting atmosphere that the English describe as "coziness."
We rested deeply, and upon waking, we were greeted by an exceptionally high-quality breakfast, showcasing the typical products of the region. Following an enjoyable conversation with our host, we made our way to Ribadesella. If I were to summarize this experience in a single word, it would be "personal." Amidst the hustle and bustle and the tourist crowds that affect many places in Spain, encountering an experience distinguished by warm, friendly, and professional treatment was a breath of fresh air. The innkeepers demonstrated a genuine dedication to their work, which translated into an unparalleled environment for relaxation and connection with nature.
Ultimately, this getaway demonstrated that authenticity and personalized attention are truly invaluable. If you're considering visiting this rural house in Asturias, do not hesitate to do so. I guarantee you won't regret it. Good luck and happy travels!