Dehesa Sierra León | Casa Rural - La Puebla de los Infantes, Sevilla

Alberto

Senderismo y naturaleza a placer caminos que van desde lo más alto del cerro donde ver tu hospedaje hasta un estanque. Animales aves y vegetación autóctona de sierra norte

Sebastian B.

Lugar increíble ! Fin de semana perfecto para desconectar ! Nicolás y su mujer súper simpáticos y sus gansos también ! Ideal para ir con niños , mucho campo para caminar , una laguna muy cerca de la casa . Chimenea con leña , estufa de pellets y barbacoa para evadir el frío . 2 caballos muy amigables y mucho aire puro para respirar ! 100% recomendable!!!

Raul

Fuimos la familia 9 personas,perfecto para desconectar ya que esta aislada.
En la finca se puede pasear por todas sus hectáreas hay varias rutas. Los dueños muy pendientes de que estuviéramos bien y no nos faltará de nada.Cocina muy bien equipada, habitaciones comodas y cuartos de baño de buen tamaño.
Por dar un consejo un aro o paellera para hacer arroz y trapas para avispas.
Repetiremos sin duda .

LUIS A. J.

Reseña para Moteros

"Ruta por la Sierra Norte de Sevilla y el parque Natural de Hornachuelos”

Siete motocicletas, seis GS y una KTM, rugieron desde Málaga a las 5 de la tarde del viernes, iniciando un viaje hacia lo planificado hace días. Atravesamos los montes de Málaga y la famosa Ruta del Tempranillo hasta que la oscuridad nos alcanzó en Herrera. Desde allí, el GPS nos guió por Ecija, Cañada del Rosal, la Presa de Peñaflor y a las 9 de la noche, finalmente llegamos a la encantadora Puebla de los Infantes.

Aparcamos las motos y nos entregamos a las delicias culinarias de Casa Alberto, Agredano y el Guinda, antes de llegar a Sierra León. A las 11:30, la sinuosa carretera iluminada por una media luna nos invitó a detenernos en el mirador. Desde allí, el pantano brillaba bajo la luz plateada. El mirador, como una bienvenida, está casi en frente a la puerta de la finca.

La casa rural nos acogió con cuatro espaciosas habitaciones, siete cómodas camas, dos de ellas dobles. El frescor del otoño, tras un verano interminable, finalmente se hizo sentir. Encendimos la chimenea y las historias de viajes, rutas y risas llenaron la sala, mientras el crepitar del fuego creaba el telón perfecto para nuestra reunión de almas aventureras.

El silencio del campo y el olor a tierra mojada me regalaron una de las mejores noches de sueño en mucho tiempo. La mañana siguiente, mientras todos aún dormían, me aventuré a ver salir el sol por el cerro conocido como el Santo que custodia el pueblo.

La cocina, con su barra americana, prometía un desayunos memorables al sol del amanecer, pero optamos por ir al Bar Rocío, donde el aceite local y el jamón eran el deleite de la mañana.

A las 10 en punto, iniciamos la ruta hacia Constantina, las Navas, San Nicolás y Alanís. La temperatura era fría pero agradable, el cielo despejado y la carretera parecía hecha solo para nosotros. En Alanís, la bacheada y rota A-447 nos llevó a Fuente Obejuna. Más de 40 kilómetros de pura sierra, donde avistamos majestuosos muflones, ciervas y perdices que cruzaban la solitaria carretera, hecha exclusivamente para motos trail.

A las 2 de la tarde llegamos a los Panchez, con ganas de un refrigerio, pero la pequeña aldea no ofrecía opciones. Una amable vecina nos indicó un pequeño bar en el pueblo vecino, Ojuelos Altos, frente a la iglesia. Allí fuimos recibidos con calidez y el restaurante Los Altos nos sirvió un festín. La dueña, un encanto, nos obsequió al irnos con unas magdalenas caseras y galletas para la merienda.

Tras una comida abundante, continuamos por la A-3151 hacia San Calixto, donde avistamos más ciervas y una multitud de buitres. Incluso nos sorprendió una enorme nutria en el puente del cruce hacia el Cabril.

De regreso a la Puebla a las 7 de la tarde, decidimos disfrutar del atardecer en nuestro campo, brindando con gin tonics. Decidimos quedarnos junto al fuego y cenar las viandas locales que habíamos comprado.

El deseo de compartir esta experiencia con nuestras parejas nos llevó a planificar futuras escapadas a Sierra León, prometiendo explorar aún más los tesoros naturales de la región.

La mañana siguiente nos sumergimos nuevamente en el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos, siguiendo la carretera hacia Villaviciosa y desviándonos hacia Trassierra en Córdoba. A las 3 de la tarde, estábamos de vuelta en casa tras un memorable fin de semana.

Esta crónica de aventuras en moto y retiro rural en Sierra León, ofrece un vistazo a un rincón idílico para los amantes de la naturaleza y los apasionados de las rutas en dos ruedas. Un lugar donde el tiempo se detiene, y la emoción de la carretera se combina con la serenidad del campo. ¡Una experiencia para repetir en cada estación del año!

Luis A.

Lugar rústico espectacular para desconectar y descansar, en medio de la dehesa sevillana. Auténtico oasis de tranquilidad y naturaleza.
Interior cómodo tanto para grupos como para familia con niños. Agradable chimenea y salón para invierno, y piscina con terraza para verano.
Buenas vistas al lago y al atardecer/amanecer. Hasta dos ciervos pudimos ver!

María C. D. L.

Una maravilla de sitio, perfecto para escapar del infernal ruido de la ciudad, encontrar inspiración, conectar contigo misma y con la naturaleza.
Ideal para ir con niños, con amigos o pasar un finde en familia.

La casa está muy limpia y tiene todas las comodidades que puedas necesitar.
Puedes disfrutar de maravillosos paseos por toda la finca, por el camino encontrarás, caballos (a los que puedes dar zanahorias), un estanque (si tienes suerte verás patos), bastante tipos de pájaros, zorros y demas animalillos autóctonos de la zona.

Los dueños Nico y Midori son estupendos, te ayudarán en todo lo que puedan para que tu estancia sea lo más agradable posible.

Sin duda un sitio en al que pienso repetir.

Celia C.

Estuvimos, a finales de agosto-principio de septiembre, un grupo de 7 amigos con un perrito. Estuvimos una semana, que se pasó volando. Dehesa Sierra León es un paraíso para los que nos gusta el campo. La sensación es la de estar en un oasis en medio de la plena naturaleza. La piscina sensacional, un lujo darse un baño a últimas horas de la tarde con vistas al monte bajo los colores violetas del ocaso. Desconexión total. La señal móvil es débil dentro de la casa. Sin embargo, pudimos montarnos un cine de verano nocturno con un proyector en una de las fachadas de la casa, pues junto a la piscina hay buena señal. Aunque siempre haciendo un uso adecuado de la electricidad; porque la casa de alimenta de energía solar y por responsabilidad general en el consumo. El perrito que nos acompañaba disfrutó como uno más, corriendo e investigando por el campo, paseando junto a los caballos... Por último, y no por ello menos importante, agradecer a Eduardo y Lola abrirnos las puertas de su casa. Una familia fabulosa y atenta que le pone el broche a la estancia. Desde luego si lo que necesitas es bienestar y relax, tu sitio es este.

Marta C.

Todo maravilloso! El entorno de ensueño, perfecto para desconectar. Los dueños muy atentos y agradables, siempre pendientes de nuestras necesidades. Las instalaciones muy limpias y cuidadas, con todo lo necesario para disfrutar de unos días en plena naturaleza. Volveremos!! Lo recomiendo 100%.